Fueron más de cien sicarios de la Nueva Familia Michoacana, todos encapuchados y equipados con fusiles AK-47 y R-15, los que asesinaron a siete pobladores de la comunidad de El Duranzo, en Guerrero, entre ellos un niño de 11 años.
Eran alrededor de las 13:30 horas del pasado sábado 10 de diciembre cuando una 50 camionetas rotuladas con las letras “FM” irrumpieron en la comunidad ubicada en los alto de la sierra de Coyuca de Catalán, en la región de Tierra Caliente.