La persona que asuma la presidencia del Instituto Nacional Electoral (INE) llegará a un organismo en el cual las áreas neurálgicas estarán a cargo de encargados de despacho, pues los titulares presentaron ayer su renuncia de carácter irrevocable.
Las dimisiones sorprendieron a propios y a extraños. La consejera Dania Ravel manifestó su extrañeza en un mensaje de Twitter, al señalar que la democracia necesita hoy más que nunca de personas comprometidas, con experiencia y capacidad probadas para enfrentar los enormes retos que se avecinan. “Yo defiendo al INE desde la trinchera en la que tengo el honor de estar y a la que no pienso renunciar”.
Hasta el jueves, los principales funcionarios del INE participaban en la Junta General Ejecutiva (JGE), con la nueva ley convertida en Comité de Administración.
El consejero presidente, Lorenzo Córdova, concluye su mandato el próximo 3 de abril, así que los integrantes de su equipo optaron por la renuncia colectiva, la cual se hará efectiva entre el 31 de marzo y el 3 de abril entrante, aunque ya de por sí áreas centrales del INE están sin titular desde el año pasado.
La JGE era encabezada por la presidencia del consejo general y la integraban la o el titular de la Secretaría Ejecutiva y 16 funcionarios públicos.
Ayer presentaron su renuncia Ana Laura Martínez de Lara, directora de Administración; Jacqueline Vargas, titular de la Unidad Técnica de Fiscalización, y Carlos Alberto Ferrer, titular de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral.
Asimismo, Gabriel Mendoza Elvira, director Jurídico –quien interpuso el jueves un “juicio electoral urgente” para pedir la reinstalación de quien fuera su jefe, Edmundo Jacobo, secretario ejecutivo cesado apenas se publicó el plan B–; Daniela Casar, directora del Secretariado; Cecilia del Carmen Azuara, titular de la Unidad Técnica de Transparencia y Protección de Datos Personales; Laura Liselotte Correa, titular de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación, y Rubén Álvarez, coordinador nacional de Comunicación Social.
Fuente: La Jornada Maya